Estado de calle

Descripción de la Obra

Tres tejidos unen a esta obra: la pandemia del Covid, el lamento de la pobreza y la posibilidad de cáncer de seno de mi madre. 

Primer tejido: La pandemia
La pandemia del Covid ha atravesado a toda la humanidad. Pensarnos exentos de esta realidad, como tantas otras veces lo hacemos en Colombia, ha sido imposible. Esta pandemia nos ha devuelto a la manera primitiva de agazaparnos y cuidarnos por clanes. Ha dejado al desnudo las realidades políticas y sociales de cada país. Y en el caso específico de Colombia, esta crisis, ha dejado al descubierto la precariedad en la cual viven los ciudadanos más vulnerables de nuestro país. 

Segundo tejido: El lamento de la pobreza
Mientras todos cuidamos nuestro núcleo familiar e intentamos mantener sano nuestro cuerpo físico y emocional, en la calle la lucha es otra. La pobreza se vuelve paisaje, el silencio de la gente se rompe y su lamento se alza en cada rincón de la ciudad.Ya no se puede vivir aislado de la realidad socio-económica del país. Cada uno de los derechos fundamentales firmados por Colombia ante la ONU han sido vulnerados. 

Tercer tejido: La posibilidad de cáncer de seno de mi madre
Con la alta posibilidad de cáncer de seno de mi madre, estuvimos encerrados como familia en intensivo de convivencia. Después de algunas cirugías que la habían dejado débil, imaginarnos la posibilidad de poderla contagiar con Covid por algún descuido nuestro, era inaceptable. El aporte económico de mi madre a su hogar fue tejer, coser, bordar, hilvanar y hacer diseño de interiores. Esta obra es un homenaje a su tenacidad y a su ingenio, que inspiraron a que mi creatividad pudiera ser un terreno fértil. El punto cruz (su puntada insignia) fue la que escogí para bordar esta obra. Es un decreto de gratitud y un recuerdo de que bordar puede unir en amor cualquier tipo de diferencia que se presente. Las manos de mi madre acarician hoy en día a su nieto. También, se encuentra libre de cáncer. 

Los tiempos de esta obra transcurrieron así: abrazada al amor de mi hogar, cuidando de mi madre y escuchando el lamento desgarrador de mi familia colombiana rogando por saciar algunas de sus necesidades básicas. Las mismas necesidades básicas que todos tenemos pero que son fáciles de olvidar cuando se dan por seguras. 

“Estado de calle” está formada por cinco partes.
Primera parte: está compuesta por 10 intervenciones sobre papel. La base es un tapabocas desmembrado y bordado sobre papel y hace referencia directamente al Covid, al bordado y a todo lo abstracto que descansa en esta coyuntura y que aún no logramos entender. El color de los hilos los escogí pensando en las tonalidades del tapabocas. 

Segunda parte: está compuesta por 15 intervenciones sobre papel. Quince palabras y frases que aluden a las necesidades básicas de cada ser humano. Estas son: Vivienda, saneamiento básico, seguridad, educación, libertad, agua limpia, vestido, cobertura de salud, paz, diversión, descanso, soporte emocional, trabajo digno y remunerado, alimentos apropiados, servicio de energía eléctrica. Cada palabra o frase está intervenida con hilo dorado; hago referencia a los antiguos papiros en los que se usaba tinta dorada y negra para resaltar y embellecer los documentos oficiales. De alguna manera, para elegantizar algo que realmente debería darse sin tantos protocolos. De esta premisa, nace también la elección de la tipografía. 

Tercera parte: está compuesta por 9 lamentos escritos con mi mano. No intervengo con hilos, no embellezco, no me mofo, no exagero. Ofrezco la realidad tal y como se presenta.
- Muy buenas noches vecino.
- Los días no se acaban.
- ¡Padre, madre, no les pido ayuda para nada malo, por favor!
- ¡Anoche nos tocó dormir en la calle, vecinos!
- Por favor vecinos…
- Es para pagar una habitación.
- No pido ayuda para nada malo.
- ¡Vecino, vecina, padre, madre, ayuda!
- No tengo para comer.
- Tengo a mi familia con hambre.
- Familia, estamos en estado de calle. 

Cuarta parte: me meto de lleno en la frase “Familia, estamos en estado de calle”, hago una planilla en donde repito la frase con cada pronombre personal, incluyendo los pronombres personales utilizados en Colombia: como Usted y Sumercé, escribí el texto de inicio a fin; atenta, intentando sentir cada palabra de ese lamento del padre de familia que entonaba la súplica de ayuda. No intervengo con hilos.
- Yo estoy en estado de calle.
- Tú estás en estado de calle.
- Usted, sumercé está en estado de calle.
- Ella, él está en estado de calle.
- Nosotras, nosotros estamos en estado de calle.
- Ustedes están en estado de calle.
- Ellas, ellos están en estado de calle. 

Quinta parte: comienzo haciendo referencia al artículo 25 de la declaración de los derechos fundamentales firmados por Colombia ante la ONU. Me concentro en el verbo “tener” y a partir de ahí hago un juego de palabras que obtengo de la definición de cada uno de los verbos. Cada palabra nos conduce hacia otra hasta llegar nuevamente a que todos los ciudadanos de cualquier territorio deberíamos tener los mismos derechos y deberes. Todo esto, está intervenido con hilo dorado y utilicé una fuente de palo, con la que se escriben muchos de los documentos legales en la actualidad. Cada definición la escribí con mi letra, aludiendo a que “estos merecimientos” pertenecen a seres humanos y no deberían quedarse única y bellamente registrados en un papel. Esta parte se compone de 6 intervenciones sobre papel:
- Artículo 25
- Tener
- Reparar
- Restablecer
- Merecer
- “Ser o hacerse digno de algo” impresa sobre toda la declaración de los derechos.

Obra compuesta por: 41 intervenciones y texto sobre papel.
Lugar: Bogotá, Colombia.

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